El tono de voz sí importa
Cuando le hables a una persona con autismo, hazlo con una gran sonrisa y con un tono de voz agradable y con cierta melodía, alternando entre graves y agudos, y usando estos últimos como reforzadores. Para dar aún más valor al reforzador, puedes alargar el tiempo de esa «nota». Ejemplo: «¡Muy bieeeeeeeeennnn!»